26 oct 2008

Recibe Pátzcuaro a poetas del mundo latino

La magia y el misticismo que guarda Pátzcuaro fue el escenario perfecto para que este fin de semana se llevará a cabo un maratón poético, que tuvo como protagonistas a los invitados al Encuentro de Poetas del Mundo Latino 2008.

Ante el asombro y la curiosidad de los lugareños, desfilaron por las callas de este pueblo en una especie de caravana de Babel que dejó escuchar lo mismo frases en rumano, que en francés, italiano, gallego, catalán, español y hasta flamenco.

La caravana concluyó en el auditorio del Antiguo Colegio Jesuita de Pátzcuaro, el cual albergó una logia dispuesta a arrojar versos a los cuatro vientos para compartir decenas de mundos diversos.

Entre los más de 25 poetas que participaron en el encuentro poético estuvo el homenajeado del encuentro, el brasileño Ledo Ivo, quien a sus 84 años dio muestra de vitalidad, lo mismo firmando autógrafos que recitando algunos versos.

Jóvenes, no tan jóvenes y viejos subieron luego a la tribuna para leer poesía al lado de poetas de todas nacionalidades y estilos.

Así, "Jotamario" rindió tributo a Marylin Monroe, la virgen de los inadaptados, mientras los vates mexicanos arribaron con Hernán Bravo Varela y su poema de la mujer peronista; Oscar de Pablo y La recua de elefantes que hay que cazar, y el tabasqueño Alvaro Solís con el Padre contra el agua lunar.

De igual forma apareció el portugués Nuno Júdice, quién llevó al público a "una tarde de domingo en Central Park"; los versos de Philippe Delaveu en francés, en honor a Johan Sebastian Bach, se entremezclaron con el español castizo de las españolas Amalia Bautista y la ex azafata de bellas formas Beatriz Russo.

El peruano Antonio Cisneros, ya entrado en años, corrió como niño para ganar el turno en la mesa: "primero los de la tercera edad", dijo divertido Cisneros.

A pesar de lo largo del maratón, nadie parecía cansado de escuchar con el mismo placer y atención toda la procesión.

Después vendría un nuevo peregrinar, pero ahora a los autobuses, donde se desarrolló otro ritual, el de los tacos, los tequilas y las canciones de José Alfredo Jiménez, convertidas en guaguancó, según una crónica difundida por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.


Publicado en: El Universal
Domingo 26 de octubre de 2008

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